sábado, 25 de marzo de 2023

Análisis sobre "Como leer al Pato Donald"

 

Ariel Dorfman y Armand Mattelart exponen sus ideas, mostrando no sólo esta crítica al Imperio Disney sino, también, a la sociedad capitalista de finales del siglo XX. A este nuevo colonialismo proveniente de Estados Unidos que está representado por Disney y otros productos como Coca Cola o McDonalds. El libro titulado “Para leer al pato Donald” hace una crítica de la sociedad capitalista, especialmente de la estadounidense. Sociedad que impone su cultura al resto del Mundo y de las culturas a las que la mayoría de las veces, miran con cierto aire de superioridad y así lo hacen constar los autores basando sus ideas con muchos ejemplos a lo largo de todo el libro. Analizan tanto las series animadas como las revistas y comics de Disney que se publican en otros países. Así se puede evidenciar como en los ejemplares dedicados a África, Asia, Sudamérica y Oceanía las culturas de estos lugares son consideradas inferiores a la estadounidense, la única zona geográfica que se salva es Europa. Teniendo en cuenta este desenlace, el lector se puede dar cuenta de que, en el fondo, Disney y sus historias no son tan inocentes como aparenta e, incluso, tampoco es tan infantil.

Desde el momento en que nacemos nos encontramos bajo la influencia de ciertos grupos que determinan formas de consumo de la sociedad, como la forma de vestir, dietas alimenticias y hasta de pensar sobre ciertos aspectos mediante comerciales, noticias y series animadas, por lo que resulta ser una conducta aprendida de ciertos modelos a seguir de otras sociedades. Estados Unidos es una de ellas, ya que al ser potencia mundial es una de las principales influencias para otros países, como las marcas de ropa y cosméticos Victoria’s Secret, locales de comida muy reconocidos como lo es KFC y McDonald’s, entre otros que se encuentran ubicados en todo el mundo.

Ahora, volviendo a la trama del libro, este nos muestra que no sólo está presente un aire de superioridad a nivel cultural, sino que hay otros aspectos que también son importantes para el consumo de los infantes que a su vez es bastante dañino. Disney muestra un aspecto un poco misógino. Pues en todas las series animadas de la factoría Disney, se puede ver el papel de los personajes femeninos en un plano muy secundario con respecto a los masculinos teniendo un papel protagónico de forma muy notable, además, de ponerlas en dos categorías como bellas o malvadas, para ser más claros, nos muestran dos tipos de cara y únicamente pueden ser princesas y brujas. Existen un reducido número de personajes femeninos, y las que están presentes tienen un papel muy limitado, un claro ejemplo que se puede ver son las eternas novias de Mickey y Donald, pero son unas “novias” sin ningún tipo de roce con sus “amados”. Ni Daisy ni Minnie tienen ninguna escena romántica ni con Mickey ni con Donald.Esto es algo que ha llamado mucho la atención de los autores, ellos llegan a la conclusión de que es debido a la propia idea que Disney tenía sobre la familia.



Otro aspecto que puede resaltarse es el papel que el que se desarrolla nuestro protagonista el Pato Donald, es el prototipo del burgués, un desempleado consumista que no trabaja porque no quiere mas no porque no pueda. “Cada niño nace con cero y acumula lo que merece”, se puede ver que Donald daña y lo pone como mal visto este proceso hacia el existo y triunfo de cada ser. Todos nacen con la misma posibilidad de subida vertical, por medio de la competencia, trabajo y esfuerzo que a su vez esto conlleva sufrimiento y aventura y la única parte activa, la genialidad. Finalmente, el mundo de Disney es la culminación del sueño imperialista donde nadie trabaja para producir y ganar, mas bien todos compran, venden y acumulan riqueza de una forma muy sencilla, el único problema o impedimento para que esto se cumpliera son los chicos malos que forman parte de la sociedad que rompe con las reglas de la ley de la propiedad privada y con una notable inexistencia del proletariado.

En conclusión, al mundo de Disney lo muestran como un mundo de paz, lleno de tranquilidad, sin de conflicto alguno, en el que se han eliminado las instancias de todo proceso productivo., como se mencionó anteriormente no hay producción biológica, es decir, no hay existencia de progenitores y se reduce a un pequeño circulo de familiares con los que comúnmente nos la pasamos bien, de aventura y riendo. Tampoco se ve reflejada una producción económica ya que no existe proletariado que son los obreros y trabajadores. Y en cuanto a la tecnológica no tiene consecuencias en la realidad es algo sin mucho sentido ya que son formas simples de acumular riquezas, por lo que se puede afirmar que las caricaturas que nos presenta la industria estadounidense nos marcan una determinada forma de vivir, basada en el consumismo, en la superioridad de los países desarrollados y las supuestas buenas costumbres de una sociedad. Y esto nos lo comienzan a enseñar desde niños, para que desde nuestra infancia nos volvamos parte de un sistema capitalista que pretende absorber todo rastro de rebeldía, que pueda afectar sus ganancias, y por ende su economía.




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